Estructuras de las calzadas romanas
Las vías romanas se diseñaron teniendo en cuenta los viejos caminos ibéricos existentes en la Península. De hecho, su utilización resultó fundamental para el desarrollo de ciudades como Valentia (València), Saguntum (Sagunt), Lucentum (Alicante) y Saetabis (Xàtiva). Una vez que los romanos elegían el trayecto que debía seguir una calzada, los agrimensores, que eran los responsables de esta tarea, medían y señalaban su trazado y, posteriormente, se excavaba la tierra para liberar la zona interesada.
El sistema constructivo de una calzada romana era muy complejo. Gracias a los estudios arqueológicos, sabemos que se marcaban dos surcos paralelos y se excavaba el espacio que quedaba en medio, hasta alcanzar la roca o tierra firme. A continuación se llenaba el hueco con algunas de las siguientes capas o con todas ellas: statumen, formada por grandes piedras; rudus, de piedras de tamaño medio; nucleus, de arena, y pavimentum, grandes losas planas que formaban el pavimento.
La Vía Augusta atraviesa 280 km de las provincias de Castellón, Valencia y Alicante, aunque numerosos tramos se encuentran en mal estado de conservación debido al abandono y la construcción de nuevas infraestructuras
Son tres los tipos de calzadas que conocemos: de tierra, de grava y pavimentadas. Por supuesto, antes de su planteamiento los técnicos tenían en cuenta diferentes factores, entre ellos la condición natural del terreno y la pendiente, y aprovechaban los tramos con largas alineaciones rectas. La anchura media de la calzada era de entre cuatro y seis metros, aunque hay excepciones que alcanzan de 10 a 14, mientras que las aceras, que únicamente se construían cerca de las ciudades, tenían una anchura de tres a 10 metros por cada lado. Todavía se conservan algunos de estos tramos que han mantenido hasta la época moderna la denominación de Camino Romano, Vía Romana, Calzada Romana… hasta la construcción en el siglo XIX de las carreteras.
Para señalar las distancias del camino, los romanos colocaban en el borde miliarios, que marcaban la distancia entre ellos, de 1.481 m, equivalentes a un milia passum (un millar de pasos). En su superficie llevaba inscrito el nombre del constructor o restaurador de la vía, la denominación de ésta y la distancia desde el punto de partida o de llegada (caput o terminus viae).
El emperador Augusto ideó la arteria, que se extiende a lo largo de casi 1.500 kilómetros por la península Ibérica
La Vía Augusta en la Comunidad Valenciana
La Vía Augusta atraviesa 280 km en las provincias de Castellón, Valencia y Alicante, desde el río Sénia, en el límite con Tarragona, hasta la Font de la Figuera. A partir de aquí continuaba en un tramo de 170 km por la provincia de Alicante que sigue el valle del río Vinalopó por las mansiones1 de Elx (llici) hasta llegar a Cartagena (Carthago Nova). En los últimos años la por entonces Conselleria de Infraestructuras elaboró un plan director que pretendía recuperar la calzada y su recorrido, con trabajo de identificación del trazado romano, debido a las transformaciones que ha sufrido y a su progresivo abandono. Por este motivo, hoy en día nos encontramos con tres niveles diferentes de conservación: hay tramos en estado de abandono, otros cuyo uso puede ser compatible con la recuperación y, finalmente, aquellos que han sido empleados como autopista, carretera y autovía. Sin duda, este proyecto podría poner en valor la importancia histórica de la Vía Augusta y tener una continuidad en el futuro.
La anchura media de la calzada era de entre 4 y 6 metros, y las de las aceras, que únicamente se construían cerca de las ciudades, de 3 a 10 metros por cada lado
Miliarios e itinerarios
Hay dos fuentes escritas que proporcionan información sobre las vías romanas en territorio valenciano: los miliarios y los itinerarios. En tierras valencianas se han encontrado 24 miliarios, 19 de ellos entre Traiguera y Castellón. Algunos han sido hallados in situ y uno concretamente lo fue durante las obras de ampliación de la carretera de Vilanova d’Alcolea en 1992. Estaba situado junto al Barranc de la Carrasqueta, en el área arqueológica del yacimiento romano de l’Hostalot (Vilanova d’Alcolea). Este ha sido identificado con la estación de Ildum, citada en todos los itinerarios de la Vía Augusta, y localizada a 100,7 millas (68 km) de Saguntum y a 111,6 millas (75,4 km) de Dertosa. Se trata de una columna de arenisca con base cuadrada, en buen estado de conservación, que muestra un texto distribuido en ocho líneas de diferente longitud. Presenta una dedicatoria a un emperador, del que menciona sus títulos y magistraturas, el topónimo de la Vía Augusta y el número correspondiente a los milia passum. Este miliario se suele asociar al emperador Caracalla (año 214), que en la misma vía tiene ya dos miliarios encontrados en Barcelona y otros cinco en Andalucía.
Las etapas de la Vía Augusta están definidas también en los llamados itinerarios, que constituyen verdaderas guías de carreteras de la época que deben basarse en el servicio público de transporte o cursus publicus. Éste fue ideado por César, pero lo puso en marcha el emperador Augusto, con el fin de contar con un servicio de información rápido y eficaz y un transporte de personas y mercancías que viajaban por cuenta de la administración estatal. Para ello se decidió colocar en las carreteras más importantes una red de estaciones de posta para el cambio de caballos (mutationes) y para el descanso y manutención de los funcionarios de la administración estatal en tránsito (mansiones). Estas estaciones estaban situadas a una distancia regular, según su función: más corta en el caso del cambio de caballos de los mensajeros (12-14 km) y más larga (30-36 km) para las mansiones, lugares donde se podía pasaba pasar la noche.
Para la creación de esta infraestructura se diseñaba un complejo procedimiento de construcción que incluía diferentes capas de materiales
Las fuentes clásicas que mencionan las estaciones del territorio valenciano son el Itinerario de Antonino, el Anónimo de Rávena y los Vasos de Vicarello. Estos últimos son de carácter privado y fechados entre los siglos III y IV. Se trata de unos vasitos votivos de plata, en forma de miliario, que fueron depositados por algunos viajeros de la época en las termas de Aquae Apollinares en Italia. Sobre su superficie figuran incisos2 los nombres de las diferentes etapas entre Gades (Cádiz) y Roma con la distancia total entre ambas ciudades.
El Itinerario Antonino, datado hacia finales del siglo III d.n.e., es un compendio de trayectos preparados para altos funcionarios y militares que indican las estaciones y distancias de los caminos romanos, entre ellos la Vía Augusta y su trazado por tierras valencianas. La información que proporcionan los itinerarios no siempre coincide y ello ha dado pie a diferentes interpretaciones entre los diferentes autores que los han estudiado.
Serias dudas sobre el trazado
No obstante las numerosas investigaciones sobre el asunto, hay un bajo nivel de certeza a la hora de definir el trazado de la Vía Augusta por tierras valencianas. Para ello sería necesario un estudio más profundo de la topografía de los territorios que atraviesa, la localización de los antiguos asentamientos arqueológicos cercanos a la calzada, documentación histórica relacionadas con los caminos, toponimia, cartografía y fotografía aérea de las diferentes zonas. Un inconveniente es la dificultad de fechar los caminos debido a que han sido reutilizados a lo largo de los tiempos y a su uso continuado hasta la actualidad que ha modificado las estructuras más antiguas.