Panorama

LA PLANA I
TORRE DE LA SAL INFO

Vigilancia contra la piratería de ultramar

En la Ribera de Cabanes (Castellón) existe una red de torres fortificadas: la Torre de la Sal, la Torre del Carmen, la Iglesia Fortificada de Albalat y las torres dels Gats y Carmelet, construidas entre los siglos XIV y XVI. Estas cinco torres suponen para el municipio de Cabanes un aliciente cultural y turístico, potenciado en lo que se denomina Ruta de las Torres, y que aparece adecuadamente señalizada en todo su recorrido.

 

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Fotografías Históricas
DOC. ARQUEOLÓGICA
Geomática
Preservación Digital

La Torre de la Sal se localiza en el poblado marítimo de Torre la Sal, en las inmediaciones del Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca.

Los orígenes de ocupación humana en el entorno del poblado marítimo de Torre la Sal corresponden al Neolítico, como lo demuestran los silos encontrados en el Prat y Costamar, donde destacan un elevado número de estructuras excavadas y cerámicas a mano con decoración impresa y almagra1.

El oppidum ibérico de Torre la Sal es conocido desde inicios del siglo XX. En 1922, Peris Fuentes comentaba que las aguas habían ganado terreno a la costa y que «... frente a la Torre la Sal... en un día que esté tranquilo y haga sol, en el centro de una extensión de aguas diáfanas se observa un manchón obscuro; entrando en un bote se ve que lo producen los cimientos de una población...». 

Su situación en la misma costa, con una fuerte proyección marítima, lo convierte en un potente núcleo de intercambio comercial que se manifestará en momentos tempranos a través de importaciones fenicias y cuyo auge se evidenciará en las fases más avanzadas del periodo ibérico gracias a la redistribución de productos itálicos, sobre todo entre los siglos III y I a.n.e., habiéndose constatado una gran área de desembarco en la que se han documentado abundantes restos de  ánforas vinarias Dressel 1 y Lamboglia 2. Su momento de abandono se sitúa en el ibérico final, s. II-I a.n.e, en el que se exhumaron restos de edificaciones, dos hornos y espacios abiertos, además de una necrópolis de los s. V al I a.n.e.

En el ámbito subacuático de Torre la Sal se conocen importantes restos arqueológicos: el Cuartel de la Guardia Civil, área submarina donde se han reportado hallazgos de ánforas de época romana tardía y el Pecio Francés, hundido frente a la costa en 1844, a 3 m de profundidad.

De época islámica está constatada una fase de ocupación de los siglos X y XI, documentándose una necrópolis y una posible zona industrial con estructuras hidráulicas y silos.

Con la conquista cristiana, el entorno de Torre la Sal parece estar despoblado, tal y como lo evidencian las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en la zona2.

En el siglo XVI se construye la torre vigía y de defensa de la costa de Torre la Sal sobre el promontorio del yacimiento ibérico del mismo nombre. La torre se declaró Bien de Interés Cultural (BIC) en 2002, y forma parte de la red de torres defensivas de la costa castellonense, adscrita al distrito de Peñíscola.

Una costa habitada desde el Neolítico

Las llamadas Torres de costa cumplían una función preventiva para evitar los ataques de la piratería procedente de ultramar. Con el nombre de Torres vigía y defensa de la costa se entiende un conjunto de obras de fortificación realizadas en el área del litoral valenciano; esta denominación resulta específica a partir de 1552, pues a partir de este año, las obras de refuerzo de la costa siguen las directrices que marca la Generalitat del Regne.

Era misión primordial de tales obras castrenses la vigilancia y defensa de la costa valenciana, pero en relación con ellas estaba la comunicación, tanto entre las distintas torres como entre ellas, así como las entidades de población más cercanas, a las cuales se les daba aviso de los peligros que provenían del mar mediante luces, humos, sonidos, etcétera.

El nombre de la torre alude a su relación con la sal de las salinas allí presentes y posiblemente a su vinculación con la gabela3 de la sal de Peñíscola, de la que suponía su límite sur.

La Torre de la Sal aparece ya citada por Catalá de Valeriola en 1597: «… en averoyt misa a la torre de la Sal y a dinar a Alcalá de Gisvert. Aon paguí dita torre…» [sic].

El Virrey y Capitán general del Reino de Valencia, Carrillo de Toledo, en su visita a la torre el 10 de noviembre de 1607, dice lo siguiente: «Torre la Sal. En diez del dicho se visito esta torre una pieça de Artillería que tira tres libras de bala hanse reparar los parapetos y alçar las paredes donde fuere necesario y levantar la chimenea que esta caída hace de entablar una cubierta que ay en dicha Torre que no esta de ningún servicio y recorrer la cubierta questa encima de la Artilleria» [sic].

En 1610 Escolano también menciona la torre: «De Oropesa corre la costa por espacio de una legua a la torre de la Sal y por otro nombre de Cabanes, que se guarda con un hombre a caballo».

En cuanto a su estructura, es de planta cuadrada y cuerpo prismático recto con portal sillar excéntrico en la fachada sur. Cuenta con arquería de sillería de medio punto. La obra es de mampostería con cantoneras de sillares. Consta de tres plantas, de las cuales dos son sobre bóvedas de cañón diametralmente opuestas. La planta baja dispone de escalera adosada al muro interior, con dos pesebres para el servicio de las caballerías y un tragaluz al norte. La planta principal dispone, en origen, de cuatro dispositivos para su defensa, mientras que la de coronamiento aporta, sobre el portal, el correspondiente matacán sencillo, y, en su cantonera, un garitón para la mejor defensa de sus paramentos, así como también dispositivo de observación, y, para la mejor defensa del entorno, distintas bocanas de fuego a disposición de su artillería orientadas al noroeste, noreste y sureste.

Con el reinado de Felipe II se crea la red de vigilancia de la costa castellonenseEn la década de los 70 la familia Villalonga de Valencia, propietarios de la torre (hoy en día de propiedad municipal), acometieron su restauración abriendo en uno de sus paramentos un portal con balconada.

Probablemente la torre vigía dio origen al emplazamiento del actual poblado marítimo. 

Los servicios de guardacostas tuvieron su máximo apogeo durante los siglos XVI y XVII, sin embargo, la zona quedó bastante despoblada por motivos de salubridad provocados por las condiciones pantanosas del estany y los ataques de la piratería, cuyos habitantes parecen agruparse en torno al castillo de Miravet y al nuevo núcleo fortificado de Albalat.

Torre la Sal aparece documentada en la cartografía desde el siglo XVI. En el mapa de Jerónimo Muñoz (1520-1591), en la edición de 1584 del Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius, considerado como el primer atlas de la historia, incluye el mapa del Reino de Valencia, donde aparece grafiada la atalaya.

En la cartografía del Reino de Valencia de los siglos XVII y XVIII vemos representada la Torre de la Sal en los mapas de Florida Blanca (1788), Cabanilles (1795) y Carbonell (1812).

La Torre de la Sal se encuentra documentada, según el cronista de Cabanes Guillermo Andreu Valls, desde principios del siglo XVII, cuando el 9 de diciembre de 1606 murió en la misma torre un hombre de nombre Antonio Ferruz. Poco tiempo después, en el año 1611, era conocida como Torre la Sal o de Cabañas (según informa Escolano) y estaba guardada por un hombre a caballo. Posteriormente, el 3 de agosto de 1817, Guillermo Andreu continúa informando que en un documento firmado ante el notario Fernando Bonegar de Pitarch: «Luis Pelechà atajador de la mencionada torre, otorga el cargo a Josef Montferrer, alpargatero, por el plazo de un año a partir de esa fecha, en cuyo convenio Pelechà le cede el sueldo y demás emolumentos y el otro hará los servicios».

Una torre cuadrada declarada Monumento Histórico

El poblado marítimo ha estado vinculado desde su origen (probablemente finales del siglo XVIII) a los pescadores y al mar. Hay constancia de que, desde finales del siglo XIX, según Mestre, venían marineros de Burriana, del Grao de Castellón y, en alguna ocasión de Valencia, y alquilaban casas que había cerca del mar desde la primavera hasta el otoño. Su presencia era estacional, pues los pescadores de Burriana, cuando era temporada de la naranja, se dedicaban a transportar las cajas de naranjas desde la costa hasta los barcos del Grau de Burriana o de puertos cercanos. En invierno venían els canareus de las casas de Alcanar a pescar la sepia al caladero de Torre la Sal.

 

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