Comienzo de las campañas
Las primeras campañas arqueológicas se realizaron en los años 70, cuando se excavó el sector sureste del yacimiento y se documentaron diferentes elementos arquitectónicos como un tramo de muralla con dos torres, de planta cuadrangular, que dejaban protegida su vertiente este. El lugar donde se desarrolla este asentamiento es estratégico por su localización geográfica, su cercanía a recursos hídricos y su función defensiva y de vigilancia del territorio. Sus construcciones se adaptaron a la configuración topográfica del terreno, aprovechando el acantilado sobre el río como protección natural en los lados sur y oeste, mientras que en la parte oriental se creó la cinta muraria, que también cierra la zona norte.
El poblado de Sant Josep está ubicado en un punto estratégico elevado de control de las aguas del río subterráneo y de las tierras de cultivo
Respecto a la funcionalidad del yacimiento, la documentación de numerosos fragmentos de cerámica de importación griega, durante el ibérico antiguo, nos lleva a pensar que fuese un edificio de prestigio en el que habitaba la aristocracia ibérica. Los cambios que se dan durante el Ibérico Pleno ocasionan una nueva funcionalidad del yacimiento, que en este caso se interpreta como un punto de vigilancia y resguardo, posiblemente dependiente de la ciudad de La Punta de Orleyl, también en la Vall d’Uixó. En este sentido, hay que tener en cuenta que la localización de Sant Josep es un punto de control del agua del río subterráneo, cuya entrada está situada a los pies de la colina, así como de las zonas de cultivo que se encontrarían en los alrededores del río y, al mismo tiempo, de la ruta hacia el valle del río Palancia.
Campaña del 2014
Una de las últimas intervenciones en el poblado se remonta a 2014 y consistió en la excavación de las dos torres y la muralla. Permitió documentar las diferentes fases de construcción de las mismas. La primera se caracteriza por la edificación de la Torre B, situada en el extremo sur de la zona excavada. Se trata de una torre de planta cuadrangular e interior macizo, relleno con piedras. Durante la segunda fase se levantó la primera línea de la muralla, que arranca de la cara norte de la Torre B en dirección norte y se han documentado unos 20 m de longitud. En la tercera fase se construyó la Torre A, de planta cuadrangular, hecha con muros de mampostería a doble cara, por lo tanto con el interior vacío y utilizable. Durante la cuarta fase se reforzó la muralla con la construcción de un muro adosado, en el tramo que va entre las dos torres. En la quinta fase, se reforzó la Torre A con la construcción de un muro adosado a la cara exterior. En una sexta fase se levantó un muro que reforzaba la muralla en el tramo excavado situado al norte de la Torre A. Posteriormente, se construirían una serie de muros adosados a la muralla de menor entidad.
El sistema defensivo, documentado en la ladera este, se componía de dos torres de vigilancia y una muralla, que continúa por el sector norte. La extensión del poblado era de 1.600 m² y posteriormente se construyeron habitaciones extramuros
Restos cerámicos
Aunque la mayoría de las unidades estratigráficas excavadas en esta campaña procedían de zonas ya documentadas en la campaña del 1974-1975, se han podido obtener algunos datos muy interesantes, como por ejemplo la existencia de cuatro conjuntos cerámicos que se corresponden con sendas fases de ocupación del yacimiento.
El primer grupo está formado por cerámicas hechas a mano que aparecen en la mayoría de unidades. Muchas de las formas corresponden al conjunto cerámico del Hierro Antiguo, como ollas, tapas y jarras. Pero sin duda los restos más frecuentes son de época ibérica. Hay numerosos fragmentos de platos, tinajas, ánforas, vasos caliciformes1, cálatos2 y pondus3, así como ollas, tapaderas y un fragmento de cerámica ática.
En algunas unidades estratigráficas se documentaron algunos fragmentos de piezas que podrían situarse entre los siglos I a.n.e. y I d.n.e., como algunos fragmentos de ánforas y de cerámica de paredes finas. Esta tercera ocupación se relaciona con el proceso de romanización entre la segunda mitad del siglo II a.n.e. y la segunda del siglo III a.n.e., como el de la Villa d'Uixó o la Horta Seca, situada a unos dos km al este de Sant Josep.
Por último, en una de las unidades excavadas los materiales cerámicos indican una cronología de finales del siglo IV y mediados del siglo V, coincidiendo con la fase tardorromana descrita por los diferentes autores que han publicado los materiales procedentes de la excavación del 1974-75 de Sant Josep.
Estructura defensiva
Como ya hemos visto, el asentamiento estaba protegido por una muralla. Estaba hecha de mampostería y fue reforzada con torres de planta cuadrangular situadas de forma avanzada, dos de las cuales se conservan actualmente.
Los trabajos de excavación han descubierto numeroso material metálico, de vidrio y cerámico de distintas épocas, como ánforas, vasijas, vajillas de lujo, platos y vasos
Durante la primera fase de ocupación se decidió edificar en el interior del recinto amurallado aunque en este caso también hay que distinguir distintas etapas constructivas. En el interior del recinto amurallado encontramos una serie de dependencias de planta rectangular distribuidas a partir de un espacio de circulación que las separa de la muralla.
El año 2014 empezaron los trabajos de conservación y restauración del yacimiento, con la participación del equipo del módulo de construcción del Taller de Empleo Sant Josep, el equipo técnico del área de Urbanismo del ayuntamiento de la Vall d'Uixó y el Museu Arqueològic Municipal.
Estos trabajos continuaron en la campaña del 2016, con el equipo de Taller de empleo Sant Josep II. En esta campaña se excavó el área situada al norte de la Torre A, documentando diferentes estructuras como la continuación hacia el norte del espacio de circulación, un tramo de la muralla este y tres departamentos. Esta zona se cierra al norte por otro tramo de muralla. Además, se continuó con la excavación del Departamento 1, iniciada en el año 1975.